Beata Paulina von Mallinckrodt
Su vida y la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana
Paulina von Mallinckrodt nace el 3 de junio de 1817 en Minden, Westfalia. Es la mayor de las hijas de Detmar von Mallinckrodt, de religión protestante y alto funcionario de gobierno del estado de Prusia y de su esposa, la baronesa Bernardine von Hartmann, de religión católica, originaria de Paderborn. Desde pequeña absorbe con avidez la formación cristiana que le imparte su madre con amor. De ella hereda una fe profunda, un gran amor a Dios y a los pobres y una férrea adhesión a la Iglesia católica y a sus pastores. Herencia paterna son la firmeza de carácter, los sólidos principios, el respeto hacia los demás y el cumplimiento de la palabra empeñada. | Leer más
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Rasgos Espirituales
• El amor a Jesús en la Eucaristía
• La adhesión cordial e incondicional a la Iglesia Madre y Maestra
• La devoción a María Inmaculada
Beatificación
El 14 de abril de 1985 Su Santidad Juan Pablo II beatificó a la Madre Paulina reconociendo en su vida un modelo y mensaje válido para el hombre de hoy.
"La Madre Paulina es un ejemplo de vida. A la angustiosa inquietud del hombre moderno, ella señala un camino de Paz interior: busca animosa y confiada a Dios en los hermanos que sufren. Por eso su mensaje es actual, en la medida que es siempre actual la búsqueda de Dios."
De la homilía de SS. Juan Pablo II, Misa de la Beatificación, abril de 1985.
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“Como la Madre Paulina era creyente, por eso era vidente: veía con el corazón, veía con los ojos de Jesús, y por eso veía bien. La fe de nuestra Beata no fue sólo un acto de obediencia intelectual, un Sí a los artículos del Credo; su fe fue un estilo de vida, en comunión con la vida de Jesús, participando así de la vida de la verdadera vid –veía bien y vivía bien”.
De la Homilía del entonces Cardenal Joseph Ratzinger, hoy Su Santidad Benedicto XVI, con ocasión de la Beatificación de la Madre Paulina, en la Parroquia de los Mártires Canadienses. Roma, abril de 1985.
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